llegó a la hora de la siesta
cuando ésta deja la última curva para meterse en la tarde,
desde su bicicleta abajo empezó a silbar y gritar
bajé,
puse la silla atrás de mi y empezó a contar.
lo que contaba era lo mismo que la primera vez pero sin gracia
me di vuelta, nos miramos y entendimos
me dijo, La próxima lo volvemos a hacer con asado
se fué
viernes, 31 de octubre de 2008
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